El sueño olímpico de la Sub-21

Azul, negro, rojo, amarillo y verde. Cada color representa un Continente y entre todos constituyen la imagen olímpica, los ansiados aros entrelazados a los que la Sub-21 tratará de abrazarse en la Eurocopa de la categoría que hoy arranca en Dinamarca. Para poder optar a conquistarlos en Londres, es necesario obtener una plaza a través de este torneo, un auténtico caldo de cultivo de las mejores promesas de la escena continental.

Sólo los tres primeros -o los cuatro, si uno de ellos es Inglaterra- conseguirán semejante honor. Pero el reto es tan hermoso y diferente que dispara la emotividad de este gran elenco de talentos españoles. No en vano, hace casi 12 años que la Selección no está presente en la cita olímpica y en este margen se renunció a Atenas 04 y Pekín 08. Mucho tiempo. Demasiado tiempo para el deporte fetiche de este país. Y más si se analiza el espectacular momento que vive nuestro fútbol.

Para poner fin a esta racha inexplicable, el seleccionador Luis Milla ha conseguido aglutinar en un mismo equipo a lo mejor de varias generaciones exitosas. El resultado es un grupo de futbolistas brillante. Todos ellos de Primera, salvo los guardametas suplentes, y todos ellos, además, comandados por Javi Martínez y Mata, dos campeones del mundo que no han tenido inconveniente en bajar un peldaño ante el desafío que se les presenta. Tan extremo es su caso que sólo se produjo una vez antes, cuando Bergomi pasó a la Sub-21 tras conquistar el Mundial del 82.

Pero, con o sin ellos, el objetivo será tremendamente costoso. España debuta mañana ante Inglaterra en un duelo entre las dos grandes favoritas y algo más que eso. Se miden los dos campeonatos más potentes de Europa y el estreno permitirá comprobar el estado de salud de los jóvenes que lo integran. Ellos son su futuro.

Servirá este primer paso también para medir el grado de tensión de lo que acontezca luego. Una victoria supondrá respirar con alivio, pero un tropiezo obligará a ir a remolque en los dos siguientes choques, frente a República Checa y Ucrania, rivales incómodos ambos. Ha llegado el momento. Es la hora. España quiere volver a unos Juegos. Y eso pasa por iluminar el camino en esta Eurocopa.