sábado, 25 de junio de 2011

A por la eurocorona con los once magníficos


Ganar, a veces, es simple cuestión de costumbre. Lo vimos, en tiempos, en brasileños y alemanes y tomamos buena nota. Hay camisetas que intimidan y desde hace tres años, una es la nuestra. Esa corriente de optimismo mece a la Selección Sub-21 en vísperas de la final europea de esta noche frente a Suiza. Y a por el título va con la garantía olímpica, con el viento favorable de las apuestas (1,60 a uno se paga el triunfo español y 5,50 a uno el helvético) y con la alineación grabada en la memoria colectiva. Jugarán los mismos que en los tres últimos partidos, aunque diez de esos once magníficos suman más de 300 minutos en menos de dos semanas. Pero cuesta tocar lo que funciona. Al menos a Milla, que mantiene a seis jugadores inéditos.

En juego está el tercer título de la categoría de nuestra historia. En el 86 lo ganaron Sanchis, Quique Flores, Eusebio, Pardeza y Paco Llorente. En el 98, Guti, Valerón, Salva y Salgado, con el meta Arnau como mejor jugador del torneo. Generaciones que no dieron luego para un título con la absoluta. Esta apunta más alto. Dos de sus jugadores recorren el camino inverso, con el Mundial en el punto de partida, y otros apuntan al estrellato mundial, aunque sin vanidad que los ponga en peligro.

También Suiza cree que ha llegado su hora. Estará en unos Juegos por primera vez desde 1928 y hace dos años ganó el Mundial Sub-17. Cuatro de aquellos jugadores están en el torneo. Y cuatro empataron ante Inglaterra en Wembley hace dos semanas en partido de selecciones absolutas en tránsito hacia la Eurocopa. Será un enemigo placeado (nueve futbolistas juegan fuera del país) y versátil por multiétnico. Hasta catorce helvéticos disponen de doble nacionalidad, incluyendo a Fickentscher, meta suplente con pasaporte español.

El equipo de Pierluigi Tami, defensa modesto de Lugano y Locarno en los 80, está cerca de España en casi todo: posesión (65,5 a 57), tiros por partido (12 a 11), faltas sufridas (19 a 23)... No ha encajado un gol en el torneo y dispone de un futbolista hiperactivo, Shaqiri, de ascendencia kosovar. Nadie dispara tanto ni recibe más faltas. Es la única música que suena en el todoterreno. De eso presume Tami: "Ataque con bravura y defensa de once". Con menos nos ganaron en Sudáfrica. Conviene recordarlo.

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