Una vez más demostró su calidad, su juego, su buen hacer sobre un terreno de juego y su magnífico momento de forma. Carvajal, objeto de discusión en el seno madridista sobre su ascenso al primer equipo, fue el mejor del Castilla y resolvió, con un jugadón que culminaría Joselu, un partido que se le complicó al filial por culpa de la mayor picardía y buen hacer de un Toledo que fue superior a los madridistas en todos los aspectos de juego no referentes al juego propiamente dicho. Supo jugar con la psicología y la experiencia para sacar del partido al filial y poner en más de un aprieto a los de Toril.
El partido empezó cumpliendo expectativas, con el Castilla dominando y encerrando al cuadro manchego. Aprovechaba el campo grande, ancho y se desplegó sobre el verde con un buen juego que hacía presagiar que los madridistas se llevarían una victoria fácil del Salto del Caballo, un estadio de amarga reminiscencia para el club de Chamartín (eliminados de Copa del Rey en treintaidosavos de final en diciembre del año 2000).
Pero salió a florecer la inexperiencia e impulsiva juventud de los jugadores del Castilla. El Toledo, más inteligente, puso en práctica otro tipo de estrategia, un fútbol más subterráneo, buscó las cosquillas a los jugadores del filial y lo consiguió. Nacho, capitán madridista, se metió en todas las trifulcas, fuera de sí, y sus compañeros tomaron ejemplo y se amedrentaron. Lleva pasando toda la vida, desde las categorías inferiores. Un equipo superior técnicamente se viene abajo cuando el rival, con jugadores más curtidos en esas lides, le intimida. Y el Toledo lo hizo a la perfección. Aprovechó que el Castilla tuvo un momento de duda y cruce de cables (que tantos disgustos en forma de expulsión le ha costado este año) para quitarle el balón y darle más de un susto. El más claro, en las botas de Carlitos, un incordio constante hasta que fue sustituido. Una jugada de combinación entre Encinas y Gerardo en banda izquierda acabó con un pase atrás del extremo para la entrada de Carlitos, que se encontró con un paradón de Jesús que evitaba el gol manchego.
Hubo mentalización en el descanso, porque en la segunda mitad el Castilla ejerció de líder y demostró por qué es favorito al ascenso. Olvidó las trifulcas y le echó ganas. La primera la tuvo Jesé después de un jugadón de Carvajal, autopase incluido, que le dejó solito delante de Saavedra. El canario, buscando la floritura en exceso en lugar de la práctica, se frenó en exceso dentro del área para después lanzar el esférico rozando el palo. Después, un Morata peleón y que nunca dejó de buscar el gol, saltó en vertical junto al meta toledano y su remate, llorón, botó para golpear en la madera. El campo estaba inclinado y el filial mandón. Pero no sería hasta los minutos finales cuando el Castilla haría justicia a su superioridad en la segunda mitad.
Todos los que de verdad ven al Castilla semana tras semana, saben hace tiempo de la calidad del lateral derecho del filial, pero por si caben dudas o por si la gente se acopla tarde a la temporada, Carvajal se empeña jornada tras jornada en demostrar su extraordinaria valía. En el minuto 85, con su equipo volcado y desesperado en la búsqueda del gol, Carvajal cogió el balón, realizó un slalom que firmaría el mejor Hermann Maier y cedió atrás para la llegada de Joselu, que cruzó el balón al palo contrario de un Saavedra que nada pudo hacer por evitar el gol.
Con la victoria, y a la espera del Lugo-Getafe B (aplazado por intoxicación en el filial azulón) el Castilla es aún más líder y sigue siendo el máximo favorito para acabar en esa privilegiada posición a final de temporada. El Toledo sigue metido en el lío. Con el fantasma del descenso acechando, deberá apretar en las últimas jornadas si no quiere ver cómo el año que viene un campo tan mítico como el Salto del Caballo se convierte en estadio de Tercera División.
As.com
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