Neymar (Sao Paulo, 1992) vio la luz azulgrana hace ya tiempo. Aunque renovó con el Santos hasta el 2014, el Barça se movió con diligencia para apartar de su camino al Real Madrid y asegurarse una futura contratación.
Pactó con el club brasileño, como avanzó este diario, una opción preferencial y a cambio desembolsó 10 millones de euros. Una paga y señal que no será, ni mucho menos, a fondo perdido.
Si el Santos sucumbe a la tentación de venderle a otro club, su directiva abonaría el doble de la inversión culé. El Barça también tiene una costosa penalización si finalmente decide no ficharle. Están condenados a entenderse y lo saben.
El escenario es pues idílico. Sólo queda por despejar la incógnita de su incorporación. Neymar firmó la prórroga pensando en el Mundial de 2014 que se disputará en su país, pero en el Camp Nou no descartan anticipar su desembarco. Este año o el siguiente.
En las últimas semanas suena con insistencia la posibilidad de que se incorpore este mismo verano. En el club culé hay un mutismo absoluto pero de ser cierto su llegada paralizaría cualquier otro objetivo. Neymar y sólo Neymar como prioridad. Más que suficiente para atiborrar de goles la delantera.
Elmundodeportivo.com
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