Todas las partes implicadas se han comprometido a obrar con sumo sigilo, un silencio cómplice que llega tras la satisfacción de haber concretado las bases del contrato de Neymar como futuro jugador del FC Barcelona. La directiva de Sandro Rosell, los máximos dirigentes del Santos y el delantero y su entorno no han querido dejar nada al azar. Tras varios meses de arduas y confusas negociaciones a múltiples bandas, las bases del complejo traspaso están depositadas bajo secreto sumarísimo. Nadie quiere que se repita la ópera del descalabro que protagonizó el Real Madrid y sus presuntos contratos y acuerdos a través de Wagner Ribeiro pero, pese a los esfuerzos de todos los actores que han participado en esta obra, las primeras filtraciones han trascendido más allá de los despachos del Camp Nou.
En las últimas horas ha visto la luz el principio de acuerdo en el traspaso entre clubs y el abono de la primera 'paga y señal' que el Barça habría adelantado como muestra de su predisposición a no dejar escapar a la joven estrella brasileña. Rosell no quiere sorpresas desagradables en su campo de acción. Con el Real Madrid apeado contra pronóstico de la carrrera negociadora, el presidente blaugrana ha movido ficha con celeridad para evitar que los magnates árabes irrumpan en escena y encarezcan todavía más la contratación del futbolista.
Neymar, su padre y el nuevo entorno profesional están perfectamente al corriente del funcionamiento interno del vestuario blaugrana y acatan de buen grado sumarse a él sin reparos. Y, por supuesto, el tema contractual es uno de los pilares sagrados que se han establecido para evitar el dar pie a envidias y conflictos que pongan en peligro la estabilidad del conjunto. La estrella brasileña pasaría a ocupar directamente el segundo escalafón en el baremo económico culé. Es decir, el contrato marco de Neymar con el Barça abarcaría cuatro temporadas, con opción a una quinta, y percibiría una cantidad económica cercana a los 7 millones de euros por temporada. Son cantidades al alcance de cracks consolidados como Xavi o Villa. Nadie discute que el caso de Leo Messi va por otros derroteros.
Los asesores de Neymar sí han peleado a fondo el tema de los derechos de imagen del jugador y una serie de bonificaciones más que jugosas. Por ejemplo, la obtención de un galardón del calibre del FIFA Balón de Oro conllevaría una derrama adicional próxima al millón de euros. Neymar se integrará como uno más. Asume que aún es un futbolista en progresión y no puede discutir el status de jugadores de la talla de Messi. Ahí no existe problema alguno.
Los compromisos y el contrato marco que se ha elaborado tendrán vigencia en el momento de hacerse efectivo el traspaso. Los tiempos van acompañados de diferentes tasaciones y posibles penalizaciones por ambas partes. Todo está perfectamente diseñado para ejecutar una operación con distintas fechas. Inicialmente, el período marcado para que Neymar crezca sin presiones y evolucione de forma natural se prolongaría hasta el 2014, coincidiendo con el Mundial de Brasil. La fecha tiene trascendencia ya que varios contratos publicitarios vinculados al futbolista y al Santos han establecido su vigencia justo hasta el evento mundialista. Y Neymar tiene que estar al frente rentabilizando su enorme tirón popular. Guardiola aguarda.
En Can Barça nadie quiere confirmar nada. Rosell así lo ha exigido, pero el mercado es un hervidero de rumores y desde la bulliciosa Premier se asegura hace días que los grandes clubs ingleses han descartado a Neymar porque ya lo ven vestido de blaugrana. Es el caso de Stamford Bridge. Emisarios oficiales del Chelsea hicieron una tentativa hace poco más de un mes pero se encontraron con la negativa del Santos y el padre a negociar el futuro del delantero. Abramovich, sin que sirva de precedente, llegaba tarde con su oferta.
Sport.es
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