viernes, 30 de diciembre de 2011
La Masía de Brasil
Es 22 de diciembre en Sao Paulo. El sol aprieta como es menester en esta época del año cuando los responsables del Sao Caetano abre las puertas del club a MARCA. La gente se relaja en una de las dos piscinas que tiene la instalación, seña de que no estamos ante cualquier entidad.
El Sao Caetano es todo un ejemplo de cómo trabajar el fútbol base. "Nosotros tenemos 234 escolinhas, en las que suele haber 27 ó 28 jugadores. El objetivo es que los chicos que destaquen pasen a formar parte de nuestro club. Contamos con un gran equipo de entrenadores que se encargan de hablar con la familia del jugador", explica Nairo Ferreira de Souza, presidente del Sao Caetano.
El conjunto brasileño disputó su primer partido el 18 de marzo de 1990 en la tercera división del Campeonato Paulista. Desde entonces ha llovido mucho. Tanto que catorce años más tarde, el equipo formado por Silvio Luiz, Dininho, Thiago, Anderson Lima, Serginho, Triguinho y compañía levantó el Paulista, un galardón que preside la sala de trofeos.
Un éxito al que el club también tiene especial cariño es al segundo puesto conseguido en el Paulista sub 20 ante el Santos. "Fue la recompensa a todo el trabajo. Era el Santos de Neymar y Ganso, un equipo fortísimo y nosotros les plantamos cara", recuerda Nairo mientras contempla la foto de esa generación, que cuelga en la pared de su despacho.
Referencia en yudo
Brasil se prepara para dos eventos que le harán acaparar los ojos de todo el mundo. El primero será el Mundial de 2014: "Ser finalistas y no ganar el campeonato sería un fracaso para todo el país. Se trabaja exclusivamente para ello", reconoce el periodista deportivo Francisco Tadeu.
Otro serán los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. El Sao Cetano no focaliza todos sus esfuerzos en el fútbol, ni mucho menos. En su sede social se puede hacer desde danza a yudo, una disciplina en la que la entidad busca ser una referencia a nivel nacional, formando chavales y compitiendo al máximo nivel dentro y fuera de sus fronteras.
"Marque para siempre, permanezca en la memoria, perpetúese en la inmensidad y dé honor a la ciudad que le vio nacer". Es la letra del himno del Sao Caetano, un club humilde y todo un ejemplo de cómo hacer las cosas en estos tiempos en lo que lo habitual es no mirar hacia abajo.
Marca.com
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