Cristian Tello había marcado 64 goles en el Alevín A, pero bajó el ritmo en el Infantil B (jugaban frente a niños un año mayores, aunque aquel año fueron campeones en Maspalomas y el de Sabadell fue proclamado mejor jugador y máximo goleador del torneo de Canal +) para volver a golear sin piedad en el Infantil A. Corría la temporada 2004-2005 y Sergio Lobera era el entrenador.
Fue la temporada perfecta, una campaña en la que fueron campeones sin fisuras, sin perder ni un solo partido y sin dar tregua a sus rivales. Acabaron el campeonato con 90 puntos tras disputar 30 partidos. Y Tello, el debutante número 20 de Pep Guardiola, no jugaba en banda, aunque empezaba a insinuar sus posibilidades para ello, sino que lo hacía de nueve, de delantero centro. El futbolista vallesano era el encargado de acabar las jugadas de su equipo. Por lo menos, la mayoría de ellas. Y algunos de sus compañeros empiezan a ser conocidos por el gran público. De hecho, varios de ellos se estrenaron antes con el primer equipo del Barça de que lo hiciera Tello en L¿Hospitalet.
La generación del 87 es ya popular entre todos los que siguen la actualidad del Barça, pero si existe alguna generación que pueda seguir de cerca lo que hizo aquel grupo que encabezaba Leo Messi es, precisamente, la de los jugadores nacidos en 1991. Tanto es así que Cristian Tello jugaba al lado de varios de los nombres que hoy suenan como futuros futbolistas de la primera plantilla y que, como él, se encuentran en el último tramo del camino, en el Barça B. Son Bartra, Montoya, Riverola, Carles Planas o Isaac Cuenca, con el que formaba una pareja letal en ataque. Todos ellos están aún en el club y otros como Pacheco, Rochina, Gai Assulin o Oriol Romeu se han marchado en busca de oportunidades en otros clubs y otras ligas. El común denominador es que la mayoría de ellos empiezan a asomar la cabeza en el fútbol profesional, como hizo el miércoles el propio Tello. Tanta es la calidad que la oferta es superior a la demanda y la teoría de la evolución se hace inevitable.
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