Como el acierto de los goleadores, dar en la diana con los fichajes también parece cuestión de rachas. No andaba últimamente demasiado fina la secretaría técnica del Sevilla, quizá el club con más ojo para los fichajes en la última década, hasta la fulgurante aparición de Ivan Rakitic, el joven suizo-croata que ha aterrizado en la Liga española en plan estrella: seis partidos, dos goles y dos asistencias. Y lo que es más importante, mucho fútbol y un brillantísimo futuro por delante.
Rakitic despuntó desde niño. Nació en Möhlin, en la Suiza de habla alemana, de familia croata, y creció admirando a su ídolo, Robert Prosinecki. “Me fascinaba su forma de tocar el balón. Para mí, es uno de los mejores jugadores de la historia y un espejo en el que mirarme”.
Precoz desde su debut en el Basilea, Rakitic fue nombrado mejor jugador joven de la Liga suiza en la temporada 2006-07. Su irrupción en el fútbol de elite no pasó desapercibida: el Schalke 04 se adelantó y le fichó en verano de 2007. En Alemania, Rakitic no tardó en demostrar sus cualidades futbolísticas como media punta y su carácter rebelde y ambicioso. Lejos de acusar su inexperiencia, jugó con la solvencia de un veterano, aunque tampoco le faltaron los problemas: se perdió los dos partidos de octavos de final de la Champions ante el Barça por lesión y fue suspendido temporalmente por faltar a un entrenamiento.
Por entonces, Rakitic ya había tomado una decisión políticamente incorrecta: después de jugar en las categorías inferiores de la selección suiza (sub-17, sub-19 y cuatro amistosos con la sub-21), decidió debutar en el equipo nacional croata, en el que ya es uno de los indiscutibles. Fue el segundo jugador más joven del Europeo de 2008 y recién cumplidos los 23 años, ha disputado ya 33 partidos, en los que ha marcado 8 goles.
“Estaba muy orgulloso de jugar con Suiza, pero con el corazón estoy más ligado a Crocia por mis raíces. Toda mi familia es de allí y para ellos es un orgullo que tomara esta decisión. Es posible que a las personas de Suiza no les gustara demasiado pero sé que entienden que me siento croata y me debo más a este país, aunque insisto en que también fue un honor defender los colores de Suiza porque nací allí”, explica.
Convertido ya en uno de los futbolistas más apetecibles de Europa, la secretaría técnica del Sevilla le convenció para fichar por el club andaluz en el mercado de invierno. Rakitic terminaba contrato con el Schalke en junio, pero el Sevilla pagó 1,5 millones de euros por un jugador que está rindiendo por encima de las expectativas y que está rompiendo tópicos en cuanto al proceso de adaptación. Aún no habla castellano, pero juega como si hubiese nacido en Triana. “No tengo palabras para agradecer a Dragutinovic lo que me está ayudando”, explica, “desde que llegué me abrió las puertas para poder conocer la ciudad, me enseñó los mejores rincones y me está ayudando mucho también con la casa. Sin Drago todo hubiera sido mucho más difícil”. ¿Y por qué el Sevilla y no otro? “Al principio no tenía predisposición por ningún equipo, pero cuando hablé con Monchi, Victor Orta y el presidente sobre lo que haría aquí, mi futuro y mis expectativas, todo fue más fácil. Además, mis excompañeros Jurado, Raúl y Escudero me recomendaron que viniera a este club por su grandeza, por la ciudad y su afición”.
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