El hijo de Mourinho ganó la Liga con el Alevín B del Canillas

La familia Mourinho se llevó ayer una alegría deportiva más. El hijo del entrenador, José Jr., se alzó con el campeonato de su categoría. Juega en el Canillas Alevín B, en Primera Grupo VI. La victoria frente al San Blas 3-0 les otorgó la Liga a falta de cinco partidos para la conclusión del campeonato. Han jugado 20 y lo han ganado todo. Mourinho Jr. ha jugado todos los partidos junto con el otro guardameta, Raúl. Cada uno de ellos actúa media parte en todos los encuentros. El pequeño José ha recibido sólo dos goles a lo largo de la Liga y su compañero nueve.

El propio Mourinho (padre) estuvo en las instalaciones del Canillas ayer viendo el encuentro aprovechando que el equipo está de vacaciones. Y allí coincidió con otro ilustre madridista, Manolo Velázquez, que tiene un ahijado jugando en ese mismo conjunto. Fuentes del Canillas aseguran que José Jr. es "un portero de excelente proyección y cualidades". En realidad, todo el equipo tiene mucha calidad: llevan 109 goles a favor y sólo 11 en contra. Sus partidos, además, suelen tener un seguimiento especial.

Festejos. El hijo de Mourinho celebró el título como corresponde, primero en el campo junto a sus compañeros y luego en la ducha aún con el traje de faena puesto. La familia Mourinho suele apoyar habitualmente al pequeño. Su abuelo Félix va a verlo siempre que viene a Madrid y el propio técnico blanco se desplaza en más de una ocasión.

Pero el propio Mourinho se ha encargado de dejar claro incluso a la Prensa las prioridades que quiere para su hijo: "Lo primero, estudiar; si no, no hay fútbol...".

Había tres medios portugueses
En Portugal la expectación que genera Mourinho es tal que también se han seguido puntualmente las evoluciones de su hijo como portero. El personal de las instalaciones del Canillas se sorprendió ayer al ver que había tres medios de comunicación de Portugal dispuestos a cubrir el partido en el que el hijo de Mourinho se podía proclamar campeón de la competición que juega. Y eso a pesar de la discreción con la que suele actuar el padre.