jueves, 19 de agosto de 2010

Jonathan dos Santos, creciendo en la sombra


Jonathan trabaja en el anonimato y el silencio. Mientras otros queman etapas y escalan peldaños de dos en dos, este chico siempre se desarrolla en equipos de su edad. Ser el hermano de Gio no le ayuda: sobrevuela la sensación de que es el ‘hermano malo’ que llega al club de rebote. Pero en una categoría donde surgen talentos con una fluidez descomunal, Jonathan se convierte en el auténtico motor del Juvenil. No enamora a los aficionados, pero roba el corazón de todos sus entrenadores. Siempre está en la cocina, creando, organizando, dotando al conjunto de una movilidad que ayuda a la eclosión de sus compañeros. ‘Jona’ siempre es un jugador tranquilo, constructor de juego, sensato y termómetro del equipo. Sus técnicos le valoran como un futbolista con una madurez mental impropia de su edad que no se pierde en frivolidades.

Su segundo año de juvenil le consagra en el ecosistema canterano. Cubre todas las etapas. Sin la aureola de Thiago, la fuerza de Romeu, la tranquilidad de Fontàs, la anticipación de Muniesa, la explosividad de Montoya, la elegancia de Bartra o la vistosidad de Rochina, pero siempre titular. Es el más completo: maduro mentalmente, robusto en lo físico, generoso y referencia organizadora. Es el líder conceptual del conjunto, el eje vertebrador. Marca el tempo, oxigena el juego, se ofrece para descongestionar. Se convierte en el ‘interior Barça’, jugador de posición y toque asociativo, preciso en espacios reducidos. Y empieza a asimilar que su rol como ‘6’ le exige también recorrido defensivo.

Una montaña rusa

Llega al ‘B’ en la 2009-10 como siempre: sin prisa, pero sin pausa. Está en fase 2 y se pretende que apunte a la 3 a finales de curso. Pep le llama al primer stage y, satisfecho, le convoca también al segundo, al que sólo van los canteranos anotados en rojo en la libreta de Pep. Jonathan sabe que Guardiola piensa en él e incluso es convocado para la Supercopa de España y también para la europea. Aunque el Barça B no empieza bien, es titular en 13 de los 16 primeros partidos, es decir siempre salvo cuando es convocado por el primer equipo o se ha entrenado con él.

No realiza actuaciones descollantes como otros colegas, pero mantiene su línea: crecimiento sostenido. Equilibrio e identidad en el centro del campo. Trabajo y organización. Al irse Touré y Keita a la Copa de África, ‘Jona’ vuelve al primer equipo junto a Thiago. Pierde seis jornadas del ‘B’ para estar con los de Pep, pero la eliminación en Copa cercena sus oportunidades. Entrenando con los mayores, convocado por México y regresando de vez en cuando al ‘B’, vive un mareo constante sin reencontrar el contexto de calma y pausa en el que seguir creciendo. La segunda vuelta liguera es un calvario en términos de acumulación de minutos. Sirviendo en tres frentes distintos, pero sin concretar en ninguno de ellos, suma menos de cien minutos efectivos con el ‘B’ entre la jornada 17 y la 33 y una lesión muscular finiquita su curso con sensación agridulce: aunque ha disputado 19 partidos y 1.408’ y completado la fase 2 casi por entero no puede disputar el play-off decisivo.

Mejorar la invisibilidad

Jonathan es el centrocampista interior de toque y posición moderno de La Masía. Tiene la visión panorámica de los mandamientos blaugrana: baja a recibir, pide la pelota y mueve el equipo una y otra vez. Posee un buen desplazamiento en largo que oxigena; es tenaz y paciente, se ofrece constantemente, asociándose a sus compañeros y combina fácil sin complicarse. Cabeza levantada, visualiza siempre la mejor opción para darle ritmo al conjunto sin abusar de la conducción. Tiene recursos para librarse de la presión rival y aunque no posee un físico superlativo se siente cómodo yendo al choque. Los técnicos destacan que es mucho más fuerte de lo que aparenta: “Es un toro”, dicen de él. Nunca se arruga. Es agresivo, tenso y contundente. Generoso y solidario. Le gusta echar una mano defensivamente e implicarse en tareas destructivas.

Un jugador con el que puede contarse para crear juego y generar poder ofensivo mediante el pase o el chut, pero que todavía adolece de errores tácticos por su exceso de celo en la recuperación, lo que descubre a veces su zona. Ha de entender que no siempre debe enfrentar el uno contra uno en fase defensiva y le falta pulir el recurso a las faltas tácticas arriesgando menos en la posesión. En ataque debe mejorar su incidencia final, pisando área o amenazando desde segunda línea.

Como última área de mejora, le falta entender la ‘invisibilidad’ del cerebro blaugrana: comprender que no es necesario estar siempre en la zona de influencia, sea para recuperar o para crear. Entender que las jugadas se van madurando y que su dinamismo no implica movimiento continuo en términos de recorrido, sino de visualización mental: no estar siempre en el primer plano, sino permanecer oculto para aparecer en la segunda jugada. Pep cree firmemente en él, pero vista su edad quizá mantendrá un año más ficha del filial recibiendo minutos de calidad en el primer equipo. La temporada 2010-11 debe ser la de su explosión en el B para conquistar definitivamente ficha del primer equipo dentro de unos meses, una vez completada la fase 3 de formación.

En Segunda puede demostrar las capacidades que se le atribuyen, peleando en una categoría exigente y rigurosa, asumiendo responsabilidades definitivas en el ‘B’, convirtiéndose en elemento referencial de principio a fin de curso. Maduración de 25-30 partidos en el ‘B’ como titular clave alternada con apariciones esporádicas en el equipo grande con la intención de quedarse. Como dice un técnico cercano, ‘Jona’ ha de dejarse crecer la barba y dejar de peinarse antes de los partidos. Demostrar que tiene músculo, pues talento le sobra: 2.000-2.500’ con el ‘B’ y 500 con el Pep Team y estará preparado para empezar a hacerle cosquillas a Xavi.

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