Coentrao soñaba desde que tenía 13 años, cuando llegó a trabajar como pintor para ganarse la vida, con el día de ayer. Jugará en el Bernabéu las próximas seis temporadas. El portugués se convirtió en el quinto fichaje de Mourinho para la 11-12 (Sahin, Callejón, Altintop y Varane) después de que el club blanco acordase pagar los 30 millones que exigía el Benfica. En total, el Madrid lleva 55 millones en refuerzos.
Fabio ha vivido una odisea desde que el pasado 7 de junio confesara a AS su deseo de fichar por el Real Madrid. Luis Filipe Vieira, presidente del club lisboeta, no aceptaba negociar por Coentrao incluyendo a jugadores blancos para rebajar el traspaso. Y hasta que en la mañana de ayer el Madrid no confirmó el desembolso de los 30 millones, el Benfica no dejó salir al jugador, que se había declarado en rebeldía el día anterior porque su club le pretendía traspasar al Chelsea.
El jugador llegó visiblemente estresado a la Clínica La Zarzuela al ver que varios medios aguardaban su llegada. En principio, su presencia era secreta. Se cambió el habitual hospital (Sanitas-La Moraleja) por este centro de Aravaca.
A primera hora de la tarde, el club lisboeta comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Portugal el traspaso del jugador, a lo que está obligado por cotizar en Bolsa de acuerdo con el artículo 248 del Código de Valores. A partir de ese instante, Coentrao recuperó la sonrisa. Llegó al Bernabéu, firmó su contrato hasta 2017, contempló las nueve Copas de Europa, posó con Florentino y comió en el Zen Market.
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