andadura del Juvenil A en esta edición de la Copa de Campeones hacía presagiar lo mejor para el filial blanco, que en sus dos partidos anteriores se había impuesto con solvencia Las Palmas (1-3) y Athletic (1-2). Sólo restaba un último escollo, ante el Valencia, que también se saldó con cierta comodidad.
Y eso que el encuentro no comenzó precisamente bien para los madridistas. Tras unos imprecisos minutos iniciales, fue el Valencia el primero en adelantarse en el marcador. En el 22’ Bernal Moreno señalaba penalti de Carvajal sobre Isco, que él mismo se encargaba de transformar en el 0-1.
No tardó en reaccionar el filial blanco, que no iba a dejar que la Copa se le escapara tan fácilmente. Así, siete minutos después del tanto valencianista, Óscar Plano convertía en el empate a uno un magnífico pase al hueco, con caño incluido, de Fran Sol. El delantero sumaba su tercer tanto en el torneo, que se convertía además en el número 24 del madrileño en la presente temporada.
Tampoco bajó los brazos el Valencia, a quien antes del descanso el colegiado anuló dos goles por posición antirreglamentaria. Pero el Real Madrid quería sentenciar cuanto antes el encuentro, y tras un disparo de Sarabia que se marchó rozando el travesaño de Carmelo, fue Álex Fernández quien puso el 2-1 tras un sensacional centro de Carvajal desde la banda izquierda (37’).
A pesar de tener la victoria encarrilada, el filial blanco no bajó la intensidad de un encuentro que aún vio un gol más antes del pitido final. Y es que no faltaron las oportunidades madridistas. Sarabia y Fran Sol pusieron a prueba a Carmelo (57’ y 58’), mientras que Carvajal intentó sorprender al cancerbero valencianista con una vaselina que se marchó fuera por alto (73’). Pero fue Rubén Sobrino, ya en el tiempo de descuento, quien cerró el 3-1 final con el que el Juvenil A se proclamó justo vencedor de la Copa de Campeones.
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